Glutamato sódico (GMS): Separar la ciencia del sabor del miedo a los alimentos

Glutamato sódico (GMS): Separar la ciencia del sabor del miedo a los alimentos

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Glutamato sódico (GMS): La ciencia del sabor sin pánico

El glutamato monosódico, que a menudo aparece en las etiquetas como glutamato monosódico o E621, ha sido un tema de conversación y controversia culinaria durante décadas. Pero, ¿qué dice realmente la ciencia sobre este omnipresente potenciador del sabor? Profundicemos en la bioquímica del glutamato monosódico, exploremos su función en los alimentos y abordemos los mitos persistentes con ideas basadas en pruebas.

¿Qué es exactamente el glutamato sódico (E621)?

En esencia, el E621 es la sal sódica del ácido glutámico. El ácido glutámico es uno de los aminoácidos no esenciales naturales más abundantes y es un componente fundamental de casi todas las proteínas.

Hechos clave:

  • Ocurrencia natural: El glutamato se encuentra de forma natural en una gran variedad de alimentos. Piense en productos salados como quesos curados (parmesano, roquefort), carnes curadas, pescado, tomates maduros, setas, salsa de soja e incluso leche materna.
  • Producción industrial: El glutamato monosódico utilizado como aditivo alimentario suele producirse mediante la fermentación del almidón, la remolacha azucarera, la caña de azúcar o la melaza.
  • Químicamente idéntico: El glutamato producido industrialmente es químicamente indistinguible del que se encuentra de forma natural en los alimentos. Nuestro cuerpo metaboliza ambas formas exactamente de la misma manera. No hay diferencia entre "natural" y "sintético" una vez que está en el organismo.

¿Cómo hace el glutamato su magia del sabor? La ciencia del umami

La función principal del GMS en los alimentos es impartir y realzar un sabor específico conocido como umami. A menudo descrito como un sabor salado, carnoso o caldoso, el umami se considera el quinto sabor básico junto con el dulce, el ácido, el salado y el amargo.

  • Activación de los receptores gustativos: Cuando el GMS se disuelve en la saliva, se disocia en iones de sodio y glutamato. El glutamato libre se une entonces a receptores gustativos especializados de la lengua, principalmente los receptores acoplados a proteínas G T1R1/T1R3. Esta unión envía una señal al cerebro, que registra el sabor umami.
  • Aumento del sabor: Más allá de su propio sabor, el glutamato también puede realzar y equilibrar otros sabores de un plato, haciéndolos parecer más completos y complejos. También puede ayudar a reducir la necesidad de sal.

El glutamato y el organismo: más allá de las papilas gustativas

Una vez ingerido, el glutamato desempeña varias funciones:

  • Fuente de energía para el intestino: Una parte significativa del glutamato ingerido (alrededor del 95%) se metaboliza directamente en los intestinos, donde sirve como fuente de energía primaria para las células intestinales.
  • Función neurotransmisora (y un error clave): En el cerebro, el glutamato funciona como un neurotransmisor excitador crítico, esencial para el aprendizaje y la memoria. Sin embargo, aquí es donde surge un importante punto de confusión. El glutamato procedente de fuentes alimentarias no atraviesa fácilmente la barrera hematoencefálica (BHE ) en cantidades significativas en circunstancias normales. La BBB es un mecanismo protector que regula estrictamente qué sustancias pueden pasar del torrente sanguíneo al cerebro. Por lo tanto, no se considera que el glutamato dietético consumido en cantidades normales tenga un impacto directo sobre los niveles o la función de los neurotransmisores cerebrales en individuos sanos.

Beneficios potenciales del glutamato monosódico: ¿algo más que sabor?

Aunque se conoce principalmente como potenciador del sabor, las investigaciones sugieren que el glutamato monosódico podría ofrecer otras ventajas:

  1. Mejora de la palatabilidad para grupos vulnerables: Para las personas que sufren trastornos de la percepción del gusto o inapetencia, especialmente entre los ancianos, el glutamato puede hacer que los alimentos resulten más apetecibles. Esto puede ayudar a aumentar la ingesta de alimentos y mejorar el estado nutricional. En una revisión publicada en Nutrients se analiza cómo las sustancias umami pueden ser beneficiosas para una población que envejece, ya que potencian el sabor y promueven la secreción de saliva[1 - véanse las secciones sobre el apetito y las personas mayores, como la Referencia 87, más adelante].
  2. Reducción del sodio: El GMS contiene aproximadamente dos tercios menos de sodio que la sal de mesa (cloruro sódico). Utilizando GMS, los fabricantes de alimentos y los cocineros pueden reducir el contenido total de sodio de los productos entre un 20% y un 40% sin comprometer el sabor. Esto es especialmente importante para el tratamiento de enfermedades como la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, en las que se recomienda reducir la ingesta de sodio[1 - véase la sección sobre reducción de sal, como la Referencia 68].
  3. Aumento de la saciedad (potencial): Algunas investigaciones sugieren que los alimentos ricos en umami pueden contribuir a la sensación de saciedad, ayudando potencialmente a regular el apetito. Sin embargo, esta área requiere más investigación.

Preocupaciones y mitos: Un vistazo a las pruebas

Gran parte del temor que rodea al glutamato monosódico se debe a informes anecdóticos y a las primeras investigaciones, a menudo erróneas.

  • "Síndrome del restaurante chino" (SRC): El término se acuñó en 1968 a raíz de una carta enviada al New England Journal of Medicine en la que se describían síntomas como entumecimiento, debilidad y palpitaciones después de comer en restaurantes chinos.
    • Escrutinio científico: Estudios posteriores bien controlados y a doble ciego no han logrado demostrar de forma consistente una relación causal entre el consumo de glutamato monosódico a niveles típicos y los síntomas descritos en la población general[2, 3]. Un estudio de 2022 publicado en Biointerface Research in Applied Chemistry también se suma al conjunto de investigaciones que no encuentran efectos consistentes a niveles normales de consumo[4].
    • ¿Sensibilidad? Un pequeño subgrupo de individuos puede manifestar una sensibilidad leve y transitoria al GMS, especialmente cuando se consume en grandes cantidades (por ejemplo, 3 gramos o más) con el estómago vacío. Sin embargo, estas reacciones no son de naturaleza alérgica y, por lo general, no son graves ni ponen en peligro la vida.
  • Neurotoxicidad: Los temores de que el glutamato monosódico sea una "neurotoxina" surgieron en gran medida de estudios que incluían la inyección directa de dosis masivas de glutamato en el cerebro de roedores o la administración de dosis orales extremadamente altas, muy superiores a cualquier consumo humano normal. Como ya se ha mencionado, el glutamato dietético no atraviesa fácilmente la barrera hematoencefálica en humanos en cantidades que pudieran causar tales efectos.
  • Alergias: Las verdaderas alergias al GMS no están reconocidas por las principales organizaciones de alergia. El glutamato monosódico no es una proteína, que suele ser necesaria para desencadenar una verdadera respuesta inmunitaria alérgica (mediada por IgE). Las sensibilidades notificadas son diferentes de las alergias.
  • Impacto sobre el cociente intelectual o el aumento de peso: No existen pruebas científicas creíbles que sugieran que el consumo de glutamato monosódico afecte al cociente intelectual. Del mismo modo, mientras que algunos estudios más antiguos y menos rigurosos insinuaban una relación con el aumento de la ingesta de alimentos o la obesidad, investigaciones más sólidas, incluyendo la revisión en Nutrients, no apoyan la afirmación de que el GMS inherentemente hace comer más o causa aumento de peso[1 - ver sección sobre la ingesta de energía y el peso corporal, como la Referencia 65 dentro].

Postura reguladora y niveles de consumo seguros

Las principales autoridades de seguridad alimentaria de todo el mundo han revisado la ciencia sobre el GMS y lo consideran seguro para la población en general cuando se consume en niveles típicos.

  • Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA): La FDA considera el glutamato monosódico "generalmente reconocido como seguro" (GRAS). Esta designación significa que los expertos están ampliamente de acuerdo, basándose en pruebas científicas públicamente disponibles, en que el GMS es seguro en las condiciones de su uso previsto. [5]
  • Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO): El Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) situó el glutamato monosódico en la categoría de aditivos alimentarios más seguros, estableciendo una "ingesta diaria admisible (IDA) no especificada", lo que significa que, según los datos disponibles, la ingesta dietética total de glutamato monosódico derivada de su uso a los niveles necesarios para lograr el efecto tecnológico deseado y de su presencia en los alimentos no representa un riesgo para la salud.
  • Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA): En 2017, la EFSA reevaluó la seguridad de los glutamatos como aditivos alimentarios y estableció una IDA de grupo de 30 mg por kilogramo de peso corporal por día para todos los glutamatos (expresados como ácido glutámico). Se trata de una estimación conservadora. Para un adulto de 70 kg (154 lb), esto se traduce en 2,1 gramos de glutamato añadido al día. La EFSA señaló que, aunque algunos consumidores manifiestan síntomas, los estudios no los han relacionado sistemáticamente con el glutamato monosódico. También reconoció que la exposición dietética media puede acercarse a esta IDA, o incluso superarla, en determinados grupos de población con un consumo elevado. [6]

Es importante señalar que el consumo típico de glutamato monosódico añadido suele estar muy por debajo de esta directriz de la EFSA. La mayoría de la gente consume mucho más glutamato natural de los alimentos que glutamato monosódico añadido.

Nota sobre los niños pequeños

La principal preocupación en relación con el glutamato monosódico en las dietas de los niños muy pequeños es menos sobre la toxicidad directa y más sobre la posibilidad de influir en el desarrollo de hábitos alimenticios. El argumento es que depender en gran medida de los potenciadores del sabor puede hacer que los niños sean menos receptivos a los sabores naturales y más sutiles de los alimentos no procesados. Por este motivo, algunos organismos reguladores y asesores pediátricos sugieren limitar la ingesta de alimentos con glutamato monosódico añadido en lactantes y niños pequeños, fomentando así un paladar desarrollado a partir de una amplia variedad de sabores naturales.

Conclusión: Abrazar el sabor, desechar el miedo

El glutamato sódico (E621) es un ingrediente alimentario bien estudiado y con una larga historia de uso. Es un componente natural de muchos alimentos que disfrutamos a diario y una herramienta para potenciar el sabor umami. El consenso científico, respaldado por los principales organismos reguladores, es que el glutamato monosódico es seguro para la población en general en los niveles de consumo habituales.

Aunque un número muy reducido de personas puede experimentar una sensibilidad transitoria a grandes dosis, los temores generalizados sobre el "síndrome del restaurante chino", la neurotoxicidad o las alergias no están respaldados por investigaciones científicas sólidas y controladas. En lugar de ser un aditivo perjudicial que debe evitarse universalmente, el glutamato monosódico puede ser una herramienta culinaria útil, que incluso contribuye a los esfuerzos de reducción de sodio.

Una dieta equilibrada y rica en alimentos integrales sigue siendo la piedra angular de una alimentación sana. En lo que respecta al glutamato monosódico, es hora de dejar que la ciencia, y no el sensacionalismo, guíe nuestra comprensión.


Referencias:

  1. Yamaguchi S, Ninomiya K. Umami and Food Palatability. Journal of Nutrition. 2000;130(4S Suppl):921S-926S. (While the PMC link was to a 2019 review, this is a foundational paper often cited. The 2019 review Nutrients 2020, 12(1), 36; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6952072/
  2. Zanfirescu A, Ungurianu A, Tsatsakis AM, Nițulescu GM, Kouretas D, Veskoukis A, Tsoukalas D, Engin AB, Aschner M, Margină D. A review of the alleged health hazards of monosodium glutamate. Comprehensive Reviews in Food Science and Food Safety. 2019;18(4):1111-1134. https://ift.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/1541-4337.12448
  3. Obayashi Y, Nagamura Y. Does monosodium glutamate really cause headache? : a systematic review of human studies. Journal of Headache and Pain. 2016;17:54. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4870486/ (Focuses specifically on headaches).
  4. Monosodium Glutamate: Review on Preclinical and Clinical Reports https://biointerfaceresearch.com/wp-content/uploads/2022/03/BRIAC132.149.pdf.
  5. U.S. Food and Drug Administration. Questions and Answers on Monosodium Glutamate (MSG). https://www.fda.gov/food/food-additives-petitions/questions-and-answers-monosodium-glutamate-msg (Official FDA stance).
  6. European Food Safety Authority (EFSA). (2017). Re-evaluation of glutamic acid (E 620), sodium glutamate (E 621), potassium glutamate (E 622), calcium glutamate (E 623), ammonium glutamate (E 624) and magnesium glutamate (E 625) as food additives. EFSA Journal, 15(7), e04910. https://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/4910
  7. International Food Information Council (IFIC) Foundation. (2022). Monosodium Glutamate (MSG): From A to Umami. https://foodinsight.org/monosodium-glutamate-msg-from-a-to-umami/
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